El idioma japonés, según Haruhiko Kindaichi (日本語, 金田一 春彦)
Hace más de una década leí «日本語» el japonés, de 金田一 春彦, Haruhiko Kindaichi, del que tome algunas notas que quedaron guardaron polvo cibernético hasta ahora, que levemente comentadas, las comparto con ustedes:
- Una de las características más destacadas del japonés es su capacidad para expresar con precisión quién dice qué, sin necesidad de recurrir a estructuras como «dijo fulano o respondió fulana». Esto se debe a que el idioma incorpora elementos que reflejan características sociales, permitiendo una expresividad que permite identificar el género, el nivel socioeconómico o la posición jerárquica relativa del hablante. (Si bien esto es cierto, también es verdad que en la literatura japonesa contemporánea abundan, a veces más de lo necesario, los «dijo fulano o respondió fulana»).
- El idioma oficial, científico o de especialidad, puede ser especialmente desafiante, con numerosas lecturas excepcionales que varían según contextos específicos, como se ilustra en el uso de términos para el «día de descanso»: 安息日 se puede pronunciar あんそくにち、あんそくじつ o あんそくび si se dice entre católicos, protestantes y aquellos no comprometidos religiosamente.
- La evolución del idioma también ha llevado a que ciertas jergas se popularicen entre el público general, por ejemplo, el 切符 (boleto de tren), se convierte en 乗車券, algo así como «billete de embarque». (Si lo pensamos, 乗車券 lo usa la empresa de trenes y 切符 lo usa el pasajero).
- Contrario a lo que se podría esperar, las diferencias dialectales y de género en el habla no son indicativas de sociedades más primitivas, sino que, en el caso de Japón, estas diferencias surgieron relativamente tarde en su historia. Por ejemplo, menciona que en el Genji monogatari no hay lenguaje masculino y femenino.
- Otro aspecto a destacar son las marcadas diferencias entre el lenguaje oficial y literario y el coloquial. Esta divergencia se hizo evidente, por ejemplo, durante el discurso del emperador al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos japoneses tuvieron dificultades para comprender el mensaje debido a su formalidad, llegando algunos incluso a pensar que se trataba de la batalla decisiva. (A esto yo agrego que aunque nunca lo he visto clasificado lingüísticamente como tal, mi impresión es que el idioma japonés presenta una marcada diglosia. Esta se aprecia en que las palabras del lenguaje escrito suelen ser de origen o forma china, mientras que en el lenguaje oral se tienden a preferir las palabras de origen japonés. Como tendencia, claro, no quiero decir que sea siempre así. Otra tendencia que he observado es que en el lenguaje oral se omite mucho porque se sobreentiende, mientras que escrito tiende a ser majaderamente repetitivo, «por si acaso, para que no haya malentendido»).
- A pesar de que el uso del bungo (lenguaje literario clásico) ha disminuido después de la guerra, aún sobrevive en ciertos contextos, como en la poesía y la señalética, gracias a su concisión.
- El japonés se caracteriza por su variedad de estilos, desde el informal hasta el más elegante, reflejando la riqueza y flexibilidad del idioma. Además, aunque se considera un idioma aislado, sin parentesco claro con otras, su tipología lingüística revelaría conexiones con otras lenguas, con influencias del coreano en su gramática, de las lenguas polinésicas en su fonética y del sudeste asiático en el léxico.
- A pesar de las diferencias dialectales tan marcadas que podrían clasificar a los dialectos del japonés como lenguas distintas, el 標準語 (dialecto estándar) actúa como unificador.
- La influencia del inglés, aunque perceptible, es más superficial de lo que parece, limitándose principalmente a términos que denotan modernidad o extranjerismo.
- La interacción del japonés con otras lenguas a lo largo de la historia, incluyendo el chino y el inglés, así como su impacto en idiomas de regiones conquistadas [en Palaos, sabroso se dice «aji daijobu», literalmente «buen sabor» en japonés] demuestra la dinámica intercultural que ha moldeado y enriquecido este idioma. (Esto no es ninguna novedad, en realidad, pasa todo el tiempo entre lenguas en contacto).
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